Sunday, 29 November 2009

De amor y otros demonios...


No, esto no es sobre el libro de García Márquez. De hecho es sobre corazones rotos, codependencia e inhabilidad para relacionarse de maneras sanas, adultas y maduras. Todo comenzó pensando sobre mi querida amiga Tita de Van City quien en realidad no es vancouverita de nacimiento sino Ecuatoriana con todas las issues mentales que ello conlleva desde el enorme trabajo que le costó asumirse como lesbiana hasta seguir en lo mas recondito del clóset con familiares y algunos amigos. Debe ser mortal sentirse tan solo con lo que le pasa ahora. Sé lo que es que te digan con todas sus letras ya no te amo sin medias tintas cuando uno creía que todo estaba bien y así un día con la misma naturalidad que te dicen la sopa esta caliente . Te sueltan un ya no te amo. Justo eso es lo que esta pasando a Tita. Pero su historia va mucho mas allá de un ya no te amo. Dejo su amadísimo Guayaquil pensando en que ahi no había futuro para ellas para auto exiliarse en Van city. Trabajando las mismas jornadas mortales de 10 horas diarias 6 días a la semana en el mismo call center que yo para después trabajar 16 horas diarias para pagar tramites y deudas. Con el único fin de llevar a Montece su pareja a Vancouver. Un día le dijo que había conocido a alguien que era  a ella a quien amaba pero que tenia necesidades que por la distancia ella no podía cumplir (sexo). No fue suficiente con que mi cornuda amiga que cree en la monogamia, el amor para siempre y el que era parte de un relación exclusiva le dijeran sin más que lo que sucedía era su culpa por haberse ido. Sino que tuvo que aguantar amenazas de la mm(mala mujer) con que Montece le ponía los cuernos. Oleadas de llamadas, mensajes y correos donde le decían con lujo de detalles lo que hacían su querida Montece y la mm. Con menos de la quinta parte de lo que le hicieron yo habría mandado a Montece y a la mm a chingar a otra parte pero no mi amiga bajo como 20 libras, parecía trapo y lloraba a la menor provocación. Mi muy alegre Tita se volvió la sombra de la sombra de lo que era al dejar que alguien mas manejara su vida y supeditara su felicidad a lo que Montece hiciera o no. Cuando fue a Guayaquil le restregaron lo contentas que estaban ah pero eso si muy clarito decían que Montece a quien amaba en realidad era a Tita. Nunca se redefinió la relación y cuando terminaron los trámites Tita se llevo a Montece a Vancouver. Le pregunté cómo continuaba una relación dañada hasta los cimientos. Pero ella se veia radiante asi que mis preguntas estaban de mas. Ahora a 2 años de distancia una vez que Montece dominó el idioma, tiene un trabajo estable y esta totalmente adaptada a su nueva ciudad convenientemente no la ama más. No quize decirle esto a mi amiga que nuevamente anda como un trapo arrastrándose por la casa mientras guarda los recuerdos de la vida juntas en cajas y se alista para mudarse a un nuevo hogar. Pero creo que en realidad el amor que dijo sentir en algun momento por ella estaba repleto de intereses en una vida diferente donde Tita no era sino el primer escalón. No quiero decir que Montece sólo estuviera con Tita por eso. Pero digamos que fue daño colateral para llegar a su destino. Y no digo que mi amiga fuera perfecta. Sin dudarlo puedo decir que debía ser dificil convivir con ella. Lo bueno es que esta vez la siento un poco más fuerte.
Siempre es tan fácil hablar de los demás... Cuando se llega a lo propio cuesta mas trabajo. Se le olvida a uno todo lo que se tenía tan claro. Soy tan psicoanalizable... en fin. Tengo el corazón roto y no me permití llorarlo, ni estar de duelo, ni nada. Creo que lloré 5 minutos y a los 10 estaba bromeando como si no pasara nada. Sí, todos saben de P y no se necesita mucho para saber quién es. Ayer pasé la tarde con él. Fuimos al cine a ver un churro hollywoodense y tras decirme una vez mas que porque no podía ser normal me devolvió las llaves de mi casa. Llaves que guardó por un año entero. Sí, me van a decir que me malviajo que no quiere decir nada pero no. En realidad quiere decir todo. Después de más de un año de esperar que algo pasara y alguien diera el primer paso del cuadro 1.1 él lo dio y en dirección opuesta. Al menos puedo decir que esta vez no fue con el corazón sobre la mesa con un: es que yo te quiero como amiga. O un sí, me besuqueé con X en tu casa sabiendo que me amas pero ella no es especial... En cambio a ti te querré siempre o es que tu no entendiste a lo que me refería cuando dije que te amaba. Fue un:- encontre esto es tuyo-. Le pedí que las guardara por alguna emergencia y dijo:  -No-. Sentí como el silencio se filtro por todo el automóvil. Dije un forzado casual OK. Me despedí, quedamos de vernos pronto, me sonrió y algo dentro de mí se requebrajó. Debería estar de duelo y comiendo helado mientras me dicen las mil razones por las cuales no me merece. En cambio estoy en el trabajo con la sonrisa forzada y sin ojeras. Me siento pésimo y no debería sentirme asi. Estoy en una relación abierta con alguien que piensa en mi a diario se preocupa y me anhela ¿cursi? sí montones. Creo que por eso no me interesa. Me suena tan familiar como cuando moría por R y P me trataba como si fuese lo unico importante en su vida. Tengo issues y graves. Soy experta en crear codependencia o como diria mi amiga E estherdependencia. No sé como lo hago. Necesito revisar detenidamente mis patrones de conducta. Detesto apasionadamente necesitar a alguien y aún más apasionadamente el que alguien me necesite. Sin embargo creo lazos codependientes todo el tiempo. Quiero ser libre pero ando buscando raíces por todos lados. Sí, el primer paso es la aceptación pero no he aprendido a pasar de ahi. A aceptar ser querida sólo porque si a dejar de ser la mejor amiga, la mas nice y buena gente. Si en el fondo ni siquiera soy así. Me parece que es mi manera de ser yo la que maneja los hilos y mantiene el control. Si me necesitan entonces yo manejo la situación. Que manera mas enferma de manejar las cosas. Y no es que deseé que sea así al menos no concientemente. Suficiente de exponerme estoy demasiado vulnerable.

Necesito un abrazo...

Thursday, 26 November 2009

Marina revisitada...




Hace tiempo postee parte de este cuento hoy revisitando viejos textos me encontré con Marina se los dejo...

Marina abrió sus grandes ojos negros miró a su alrededor y nada le pareció familiar. Buscó en los detalles de la habitación algo que la atase al momento y fue como encontrarse de frente con la nada. Era como si hubiese sido arrojada a esa realidad sin historia previa. Miró sus manos, corrió sus dedos por su rostro y cabello en busca de algo. En ese momento sintió el peso del cuerpo que estaba a su lado. Lo recorrió con la mirada en desesperada búsqueda por un recuerdo. No sólo no recordaba donde estaba no podía recordar absolutamente nada. Sólo tenía una certeza, ella era Marina. El abrió los ojos, la beso suavemente en los labios mientras le sujetaba dulcemente la barbilla. La miró a los ojos con esa complicidad de los amantes y se levantó para desaparecer en la puerta del fondo. Supuso que era el baño porque podía escuchar el agua corriendo y se filtraba débilmente el vapor a través de la rendija de la puerta. Se sintió tentada a levantarse y preguntarle la avalancha de preguntas que se agolpaban en su mente pero no lo hizo. 


Salió del baño aquel hombre elegantemente vestido ofreciéndole una sonrisa que ella regreso a medias. Le hizo un ademán en gesto de despedida y se marchó. 
Fue entonces que se sintió absolutamente sola. Se reprochaba no haber dicho ni una palabra. Se abrió la puerta de la habitación y por ella entró una mujer pequeña que le trataba con una familiaridad extraña traía en sus manos una bandeja con panecillos, mantequilla, café y algo de fruta. Le dejo la bandeja en el regazo. Le dio un cumplido sobre lo linda que se veía y se marchó.
Saboreó el desayuno en silencio buscando en aquellos sabores familiares la familiaridad que no encontraba en ella misma. Lo único que tenia por cierto es que se llamaba Marina. Enunció el nombre para ver si en verdad era suyo no pudo reconocer la voz pero finalmente la identificó consigo misma. Le dio una sensación de confort el hecho de saber que su única certeza en verdad lo era. Puso aun lado la bandeja todo en la habitación estaba dispuesto como si su siguiente gesto fuese anticipado, la mesita al lado de la cama estaba adecuadamente colocada para que ella lo hiciese con comodidad. Cerró los ojos con la esperanza de que al abrirlos se encontraría con una realidad que le hablara y la condujese fuera del silencio en el cual estaba sumergida.
Despertó un par de horas mas tarde debía ser cerca del medio día. La luz solar se filtraba a través del pesado cortinaje. Se levantó y corrió las cortinas, detrás de la ventana se podía ver un jardín bien cuidado, una barda cubierta de buganvilias y una pequeña casa de invitados al fondo. No encontró nada que le recordase como había llegado al momento presente. Puso a correr el agua de la tina, encontró el lugar como si la estuviese esperando. Las toallas con olor a vainilla y la bata de seda sobre la silla…
Se sumergió en el agua tibia y recorrió su cuerpo intentando lavar la amnesia con el pasar de la esponja. Intento recordar, buscando en cada resquicio de la memoria. Marina era todo lo que la llenaba ese nombre que no la ataba ni conducía a nada que no fuese ella misma. Decidió que ya se ocuparía mas tarde del asunto y se dejo llevar por el placer del baño caliente.
Al salir del agua se sintió renovada, el dulce aroma a vainilla cubrió su cuerpo y le provocó descontrol fue la primera vez a lo largo del día que se sintió desconsolada, sabía que aquel aroma le traía un recuerdo pero no encontró palabras para describirlo solo una punzada en la parte baja del vientre. Apuro a secarse y se cubrió con la bata. Se sentó en la silla frente al tocador y al observar el reflejo se aterrorizo. Ella esperaba ver una joven de veintitantos años no la mujer cuarentona y cansada que le devolvía el espejo. Desenvolvió el cabello de la toalla, le caía a los hombros con algunas canas. Intento reconocer la imagen pero le era totalmente extraña. Tomo especial cuidado en su arreglo recogiéndose el cabello para dejar ver su largo cuello y el contraste de su piel blanca con el cabello negro le agrado. Encontró un vestido de verano sobre la cama tendida y una charola con su almuerzo en la mesita de servicio. Se vistió y comió de nuevo en silencio. Se preguntaba como podía recordar el nombre de las cosas, recordar su nombre sin saber nada más lo único que había logrado moverla era aquel aroma a vainilla que se le presentaba de nuevo en la leche quemada del postre. 
Revolvió los cajones y las repisas en busca de su historia. No había fotos, cuadros o libros sólo paredes desnudas azules y cosas de uso cotidiano unas violetas junto a la ventana y nada más. No encontró siquiera las ropas del hombre de la mañana. La puerta se abrió y por ella entro la mujer que llevara antes la charola. Marina la detuvo con un gesto. Le pregunto donde estaba. La mujer la miro con expresión divertida y le dijo –Simpática la seño.- tomó la charola y se marchó tan rápido como había entrado.
Comenzó una búsqueda desesperada por su memoria. Apenas podía creer que no fuese más que un espacio vacío. La nada, estar en un espacio prestado en un cuerpo que no era el suyo o al menos así se sentía. Con la punzada en el vientre cada que encontraba algo familiar. Como armar un rompecabezas en el que se sabe de antemano que le faltan las piezas que le dan forma. La nada, aquella realidad estéril que se le presentaba. Donde era un ser sin memoria sin historia… 
Exhausta se tendió sobre la cama, cerró los ojos deseando despertar de la pesadilla. Giró la cabeza y vió la puerta. Hasta ahora no había intentado salir de la habitación. Se levantó sintiéndose más ligera abrió la puerta sólo para encontrarse en otra habitación, mas pequeña a la anterior, era una especie de estudio de amplios ventanales que miraban a un pequeño patio de azulejos de Talavera con una fuente al centro y grandes macetones en las esquinas. La luz bañaba la habitación dándole un tono ocre al lugar. A diferencia del cuarto anterior este no tenía una sola pared desnuda. Se podían ver libros apilados en el piso y lienzos en cada pared. El tema de las pinturas era la misma figura etérea en azul. Se acerco a ver la firma y ahí estaba su nombre trazado con precisión Marina. Sintió una extraña familiaridad con el lugar, la punzada en el vientre no tardo en llegar. Había flores de lavanda sobre el escritorio y en el caballete un lienzo cubierto. Desvelo el lienzo y se encontró con el rostro del hombre de la mañana. Estaba sin terminar por lo que pensó que debía ser su trabajo mas reciente. Tomó el pincel para comprobar que era ella la autora y trazó su nombre con la misma precisión que podía verse en los demás. 
Recordó entonces que su color favorito era el azul, que la vainilla le recordaba a su madre cuando le trenzaba el cabello de niña y ella pensaba que aquella mujer de ojos grandes era el centro del universo. Que la lavanda era la flor que solía cortar en el jardín para llenar los floreros de la casa porque a él le gustaba. Recordó que la fuente había sido un capricho suyo y que habían mandado poner los ventanales para que ella pudiese trabajar hasta bien entrada la tarde. Que le gustaba el café con dos cucharaditas de azúcar y que no debía tardar Queta con el café de las cinco con una charola donde debía haber polvorones de canela receta de su hermana que había muerto el año pasado.
Llegó el café de las cinco a la hora indicada con los polvorones de canela y un ramito de flores de vainilla. Queta dejó la charola sobre el escritorio y le dio un cumplido. Dijo verla mas animada y que pensaba llamarle al señor porque antes andaba medio rara. Le sonrió y se marchó con la prisa que parece llevar siempre.

Siempre, le cayó como un gran peso. 

Tomó la taza de café para beberlo en silencio, recordó que no hablaba mucho. Que el silencio le era cómodo y que prefería hablar en sus cuadros y a veces en sus cartas. Que prefería quedarse en casa a salir y que no recibía visitas. Que el último recuerdo de su madre era la figura flotante abotagada y azulosa en el río que le habían dicho que no mirara y sin embargo miro y sonrió al verla así.
Fue entonces que él le vino a la mente. Lo conoció cuando se mudaron a la capital huyendo del escándalo de su madre flotando en el rió. Fue un día de invierno en la Academia de San Carlos donde él hizo burla del vestido de verano que ella llevaba en pleno invierno y de su cabello trenzado como chiquilla. El era abogado, se casaron al poco tiempo, no tuvieron hijos y la casa fue su regalo de tercer aniversario…
Para entonces el dolor en el vientre le era insoportable se recargo en la silla para no caer e hizo un gran esfuerzo para poder sentarse. Frente a ella se mostraba una fotografía de mejores tiempos. La misma imagen del espejo hace unos veinte años atrás abrazada de él sonriendo a la cámara. Siempre le había molestado la manera en que su hermana los miraba se lo achacaba a la pobre elección que había hecho al casarse con Manuel que la había dejado con un par de chiquillos y en bancarrota. Desde entonces habían pasado al cuidado de Marina y vivían en la casita del fondo del jardín que podía verse desde la ventana de su recámara. A Marina le gustaba pasar tiempo con los chicos o mirarlos jugar desde la ventana. El también pasaba tiempo con ellos. Pasaba largas tardes de café en la casita del fondo del jardín. Ella no iba porque prefería aprovechar los últimos rayos de luz en el estudio. Y las charlas con su hermana la aburrían. 
Abrió el cajón donde sabia encontraría un atado de cartas cuidadosamente clasificadas cronológicamente. Buscaba una fecha en especial, 18 de junio día de su aniversario de bodas, el vigésimo quinto. Había diversas felicitaciones y una carta de su hermana. Aquella carta no era una felicitación. Le decía que Manuel la había dejado porque los chicos no eran de él. Que la casita del fondo del jardín y sus tardes de café eran insuficientes. Que la situación ya no podía seguir así. Que Fernando era suyo y que los chicos eran sus hijos. Que estaba cansada de que Marina los mirase con condescendencia ocupando el lugar que a ella le pertenecía. Le parecía que veinte cinco años eran más que suficiente. Que a menudo reían de ella y sus manías…
El dolor del vientre se había vuelto insoportable. El hombre de la mañana era Fernando su Fernando al que amaba desde aquel día en la Academia de san Carlos donde había hecho burla de su vestido de verano y su cabello trenzado. El mismo que le destrenzaba el cabello al hacerle el amor y la llenaba de aroma a lavanda. El que le sonreía con complicidad por las mañanas antes de salir al mundo y volvía a refugiarse en sus brazos por las noches. Fernando que acariciaba el cuerpo de su hermana en aquellas tardes de café que ella encontraba aburridas.
Recordó entonces que su hermana no había muerto el año pasado, que aquel día era 18 de julio y que Fernando volvería de su tarde de café en cualquier momento para tomarla en sus brazos. 
Deseó entonces no recordar nada.
Marina abrió sus grandes ojos negros miró a su alrededor y nada le pareció familiar. Buscó en los detalles de la habitación algo que la atase al momento y fue como encontrarse de frente con la nada. Era como si hubiese sido arrojada a esa realidad sin historia previa. Miró sus manos, corrió sus dedos por su rostro y cabello en busca de algo. En ese momento sintió el peso del cuerpo que estaba a su lado…

Saturday, 21 November 2009

It's complicated...


Es lo que puse hace ya casi un mes en Relationship Status En FB lo cierto es que no es complicado es tan sencillo como escribir que tengo una relacion abierta. Taaan abierta que mi compromiso con la misma es casi nulo.Pensé mucho si escribir aqui o no porque sé que la persona involucrada lee el blog. Aunque quizá sea por lo mismo que no puedo dejar de hacerlo. Quizá sólo sea que soy mala para las relaciones a larga distancia aunque sea en la misma ciudad. Digo si contesto los mensajes o al menos casi todos. Pero también es verdad que esta persona no es en lo primero que pienso al despertar ni lo último al irme a dormir. (Sí persona sin género ni particularidad alguna. Las particularidades las dejo para mi.)No me he acostumbrado en casi un mes a ser la "novia" de alguien. El título me pesa. No me gustan las etiquetas y mucho menos las "responsabilidades" que ello conlleva. Soy demasiado independiente y estoy acostumbrada a hacer lo que yo quiero y cuando deseo hacerlo sin tener que rendirle cuentas a nadie. Sin embargo si deseo en algun punto una relacion estable cuyo único punto no negociable es que me den la libertad que yo ofrezco. Jamás pregunto a dónde o con quién van. No me interesa si ven a exnovias o si siguen siendo los mejores amigos si van al antro o al table dance y sobre la infidelidad en una relación abierta eso no existe porque los límites estan bien definidos y las negociaciones claras. Así que deberé decir que tampoco me importa. No podría negar que he sentido celos en algun momento... Vamos soy humana no un tempano de hielo pero las condiciones de la relación eran otras. Era en aquella época en que creía que las cosas duraban para siempre. Ahora sé que para siempre pueden ser 5 minutos, un par de días, una semana, un mes o años. Para siempre es mientras las dos personas están de acuerdo y deciden seguir juntas. Muy probablemente mi nulo compromiso con mi relacion es el que yo sigo enamorada de alguien mas. Mi prima me preguntó como podía decirle que si a alguien mientras amaba a alguien mas. Le dije que era muy sencillo. No puedo esperar por siempre a que mr o mrs right aparezca. y la fantasía de pensar que es timidez o que no quiere perder la amistad se diluyó con el tiempo. Sé que uno debe darse el tiempo de sanar y estar sola. que en realidad eso es lo que debería hacer pero es tan cómodo sentirse deseada, añorada por alguien que es lo que necesitaba aunque sea el momento en que menos lo necesitara. Interesante , inteligente y sobre todo lejano no estoy lista para dar el siguiente paso que es comprometerme o terminar. Creo que en realidad si es complicado. El problema es que la principal complicación del asunto soy yo...

Maldita adicción al drama.